Mi viaje por la ruta de Le Tarn (Sud-Ouest-Midi-Pyrénées) llega a su tercer y último día. Hoy viajo hasta Castres, otra de las más bellas ciudades en la ruta de este impresionante río llamado Le Tarn.
Nuestra primera parada me ilumina el rostro, estamos en el Museo Goya donde se exponen algunas joyas de la pintura española y concretamente de dos grandes genios admirados por mi, Goya y Picasso. También encontraremos obras de otros geniales pintores españoles e internacionales, del gótico al renacimiento, pasando por el siglo de oro, el siglo de las luces y terminando en el siglo XX.
Las pinturas de Goya recopiladas por el pintor y coleccionista Briguiboul ilustran las paredes de este interesante museo.
Algunos de formidables dimensiones como "La Junta de Filipinas" donde Goya muestra su permanente desprecio y burla a determinados personajes de las altas esferas a los que pinta con sus defectos de forma destacada, incluso juega con los personajes y la historia. El personaje que aparece en la columna fue expulsado de esta reunión y Goya lo mantiene en el cuadro de esta forma tan original.
Con este "Busto de Hombre escribiendo" el museo muestra una de sus más preciadas joyas del siglo XX, obra del genial pintor malagueño Pablo Picasso.
No quiero abandonar el museo sin hacer una foto de detalle de este cuadro donde la gastronomía y el vino son ya un elemento constante en las pinturas de corte, bodegones e incluso religiosos.
Pena me da dejar el museo y sus obras pero ahora disfrutaremos de la arquitectura de Castres, no se puede abandonar la ciudad sin visitar las medievales casas que recorren su río, en las partes inferiores descubriremos esa arquitectura medieval que seguro nos recuerda a Venecia.
Pasear por las calles de Castre nos descubrirá también una arquitectura medieval conservada de forma envidiable.
En estas calles todavía podemos ver las reminiscencias del occitano o lengua de oc.
Una sorpresa tenemos en el día de hoy, visitamos uno de esos mercados que tanto me fascinan y que están presentes en todos los pueblos y ciudades de Francia.
Frutas, verduras, pan, embutidos... de todo podemos encontrar en estos mercados de pequeños productores que mueven sus mercancías en pequeños puestos ambulantes.
Y de todos ellos el que más me llama la atención es por supuesto el de los quesos, un simpático y profesional quesero me muestra algunas de sus piezas lácteas francesas. Para todos mis amigos y seguidores queseros aquí va una andanada de exquisiteces francas y vasco-francesas.
En estas calles todavía podemos ver las reminiscencias del occitano o lengua de oc.
Una sorpresa tenemos en el día de hoy, visitamos uno de esos mercados que tanto me fascinan y que están presentes en todos los pueblos y ciudades de Francia.
Frutas, verduras, pan, embutidos... de todo podemos encontrar en estos mercados de pequeños productores que mueven sus mercancías en pequeños puestos ambulantes.
Y de todos ellos el que más me llama la atención es por supuesto el de los quesos, un simpático y profesional quesero me muestra algunas de sus piezas lácteas francesas. Para todos mis amigos y seguidores queseros aquí va una andanada de exquisiteces francas y vasco-francesas.
Ante tanta maravilla tendré que sucumbir y llevarme a España una selección muy acertada, un Brebis Basque, un Comté de 24 meses, un Mt D´or y un St. Nectaire.
Tanto queso nos da mucha hambre y nos ponemos de nuevo en ruta para alcanzar nuestro próximo objetivo, la población de Sorèze que guarda un secreto gastronómico muy tradicional. Hoy comemos en el Restaurante Le Tournesel .
El entrante ha sido exquisito pero el objetivo de nuestra visita es probar su muy famoso Cassolette, un potente y muy sabroso plato que vienen muchos a comer aquí desde muy lejos.
Gigi nos cuenta la composición de su Cassolette, una salchicha de Toulouse por persona, un confit de pato por persona y judías blancas. Se cocina todo separado, se une, y se pone pan rallado en la parte superior para meterse al horno y darle el punto final, el resultado es sencillamente espectacular, sin duda contundente pero muy sabroso.
A la hora de los postres somos espectadores y catadores de todo un desfile de clásicos muy bien elaborados, comenzando por un Biscuit de Higos.
Una Crème Brûlèe sigue al anterior con perfecta preparación y gustoso marcado de azúcar.
Para continuar con un Gratinado de Café que junto al primero se convertirá en mi preferido.
Seguimos con una Mousse de chocolate que parece ser uno de los más solicitados en este restaurante.
Y terminamos con unos Profiteroles que dan fin a nuestra comida en este entrañable y muy casero lugar.
Me despido de Gigi, la cocinera que nos ha mostrado su arte en los pucheros, le agradezco su simpatía y hospitalidad y quedo en volver para ver si le consigo sacar ese ingrediente que me falta de su ensalada.
Última foto con Gigi y mis compañeros de viaje al calor de la chimenea en el Restaurante Le Tournesel.
Terminamos el día con la visita a un lugar muy especial, se trata de la Escuela militar de Sorèze.
Aquí estudiaron los hijos de nobles y familias destacadas de la época. En el edificio se pueden encontrar algunas fotos realmente curiosas que muestran el paso del tiempo y las vivencias entre estas paredes.
La curiosidad de la escuela es que su formación estaba basada en conceptos humanistas y artísticos.
En otra foto genial se pueden ver a los distintos empleados de la Escuela, dingo equipo de una película de Fellini.
Estas curiosas sillas/orinal son las originales que tenían los estudiantes de esta singular escuela, algunas fotos de ellos han quedado en lo que hoy es un museo-restaurante que puede ser visitado.
La hora de mi vuelo de regreso a España se acerca, con este bucólico jardín donde estos jóvenes estudiante/militares debieron vivir mil y una aventuras cierro mi retina en esta ruta de Le Tarn. Han sido tres intensos y fascinantes días que me dejan muchas vivencias y conocimientos adquiridos, una vez más Francia me lo ha dado todo. Sirva esta último día de ruta como homenaje y agradecimiento al Departamento de Turismo de Le Tarn y a todos mis compañeros de viaje: Mélanie Degoy, Esther García, Javier de Castro, Eva Vincens y Cristina Alcalá ¡Gracias a todos ellos, espero volver a vivir pronto otro viaje con vosotros!
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