Andaba yo pendiente desde hacía mucho tiempo de realizar este viaje por tierras castellanas y una invitación de mi amigo el incansable Rubén Valbuena ha sido el detonante para acudir sin excusas.
Con la lluvia como compañera parto de Madrid en tren, una insignificante hora de viaje que no me ha permitido casi encender y apagar el ordenador me pone en la estación de Valladolid CG donde diligentes y puntuales ya aguarda Rubén y su socio Jesús Lobo.