En España tenemos miles de bodegas y sin duda algunas muy singulares, hoy os traigo a mi blog una de ellas que es única en el mundo, por su arquitectura, por su naturaleza y por su historia, os invito a entrar en la Bodega del Real Cortijo situada en Aranjuez.
Tendrás que buscar y preguntar para encontrarla, oculta, protegida de los vientos y del calor así la mando diseñar Carlos III en 1.782, influenciado por las construcciones vistas en Europa, a su arquitecto real Marquet, y construida por D. Manuel Serrano. Bajo una frondosa capa vegetal de árboles centenarios encontramos un formidable pórtico neoclásico al gusto de los arcos de triunfo de la época, allí me espera Fernando, un enamorado de la bodega y conocedor de toda su historia, su edad le otorga el conocimiento de ella desde muy pequeño ¡toda una vida de relatos, vivencias y experiencias bajo su piedras, hoy voy a aprender mucho!
A continuación unas rejas nos dan el paso a sus galerías abovedadas y subterráneas, al fondo la oscuridad de siglos de historia.
Alambiques e instrumentos de la época han quedado atrapados en el desuso con el paso del tiempo, colocados entre sus arcos formeros se muestran cubiertos de años e historia.
Curiosos paneles que explican la historia de este lugar nos delatan el gran interés de un rey que supo ver la necesidad de avanzar en técnicas agrícolas, dando un gran impulso a la cultura del vino con este proyecto, este texto de Álvarez Quindós de 1804 nos muestra sus deseos.
Las innumerables botellas repartidas en sus 385 metros de longitud construidos con ladrillo visto esperan el momento de ser degustadas por sus propietarios, socios que financian el mantenimiento de esta bodega.
Barricas e instrumentos para la obtención del vino nos siguen acompañando en los ramales que vamos encontrando en nuestro recorrido, en la madera descansa el vino antes de ser embotellado.
La piedra de Colmenar sirve de apoyo a las 14 bóvedas tabicadas en media naranja. Una arquitectura deliciosa para un monumento al mundo del vino.
Mi fascinante e histórico recorrido de medio kilómetro ha llegado a su fin, he recorrido el subsuelo del pueblo del Real Cortijo de San Isidro que es donde se encuentra esta bodega. Fernando ha conseguido hacerme viajar en el tiempo, ¡cuanto tienen que aportarnos las personas mayores!
Aquí se envejecen diferentes vinos, la misión de la bodega es mantener inalterable durante todo el año la temperatura óptima de 12º C y una humedad del 85%, la ausencia de variaciones térmicas, acústicas y de humedad la hacen ideal para su cometido.
Al terminar salgo en medio del pueblo, justo en el otro extremo. Precioso y sencillo pueblo del que me despido viendo al partir su peculiar iglesia. Sin duda un viaje en el tiempo, un viaje que me permite comprender que en el pasado se realizaban algunas cosas que el hombre no ha conseguido superar. Regresaré a este tranquilo pueblo para mostrar su bodega a gentes que merecen conocerla, en el link que os he marcado al iniciar este post tenéis la Web de la bodega que se puede visitar previa solicitud ¡os lo recomiendo!
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