Cuando mi amigo Alfonso Martínez Fischer de B Marketing me propuso un viaje a Escocia para conocer los mejores restaurantes y hoteles del país supe que sería complicado superar este viaje, ya había realizado otro anterior de 12 días para recorrerlo de punta a punta y me pareció espectacular, ahora me dispongo a relatar una experiencia digna de ser vivida ¡despegamos en primera clase!
Llegamos al aeropuerto de Edimburgo para en pocos minutos alojarnos en The Scotsman Hotel
donde nos espera nuestro anfitrión Jeremy Hawking (Chief Executive de Luxury Scotland).
donde nos espera nuestro anfitrión Jeremy Hawking (Chief Executive de Luxury Scotland).
Y nos recibe Jeremy en el restaurante de este impresionante hotel que en su tiempo albergó las oficinas del diario The Scotsman durante 100 años, ahora es uno de los hoteles boutique más chic ubicados en el centro de Edimburgo. El restaurante North Bridge Brasserie es la antigua redacción del periódico donde además del cuerpo se alimenta el espíritu, en el aire flota la historia y no puedo abstraerme a todo lo que debió ocurrir entre estas paredes durante tantos años.
Como amante de la experiencias nuevas y diferentes le pido a nuestro anfitrión que pida mi cena, quiero conocer los gustos de nuestro amigo escocés, seguro que me gustará. El primer plato es The Scotsmans Haggis, carne de oveja que incluye higado. Potente pero me gusta, y me gusta también el buen ambiente del local con gente guapa muy animada.
Mis compañeros de viaje han pedido otros sugerentes platos como un Salmón Ahumado con verduras, hortalizas y otras delicias vegetales.
También otro típico del país, Fish & Chips, una opción un poco más grasienta pero muy bueno.
Los postres no se quedan atrás, parfaits de avellana, pera caramelizada, sorbete de manzana y más sabores dulces nos dan la energía suficiente para salir a disfrutar de la noche de Edimburgo.
Y si hay una ciudad interesante por la noche esa es Edimburgo, te guste la música que te guste la puedes encontrar en sus tabernas, nosotros nos hemos decidido por un interesante trío que navega entre el folk y el country. Aquí las cervezas y el whisky animan a un variopinto personal empeñado en pasarlo bien en un ambiente relajado pero encantador.
Las pizarras de las tabernas presentan todas las marcas del malteado licor que tanto aman en este país. Mañana tenemos mucho que ver y no tardamos en regresar a nuestras lujosas habitaciones del The Scotsman Hotel.
Amanece el segundo día, por la ventana de mi habitación me fascina el paisaje, North Bridge y la estación de tren ocultos en parte por la niebla. Pero no tardará en levantar la niebla y regalarnos un típico y nublado día escocés ¡me encanta este clima!
Empezamos el día con un espacio muy exclusivo, situado en uno de los barrios más sofisticados de Edimburgo, entramos en The Atholl Hotel.
Empezamos el día con un espacio muy exclusivo, situado en uno de los barrios más sofisticados de Edimburgo, entramos en The Atholl Hotel.
Un hotel donde la expresión "lujo" adquiere su termino exacto, es perfecto para organizar un evento de 6 a 60 personas o alojamiento para un grupo reducido (4 habitaciones), teniendo a disposición espacios muy exclusivos y vinos sorprendentes.
Espacios como su cocina que se convierte en el centro neurálgico de este singular hotel-restaurante.
Espacios como su cocina que se convierte en el centro neurálgico de este singular hotel-restaurante.
Allí encuentro al Chef Mike Mathieson que anda enfrascado en la cocina preparando un evento para esta noche, no le quiero quitar ni un minuto de su preciado trabajo y le prometo regresar a probar su cocina.
El lugar no puede ser más agradable y personal, todos los detalles están cuidados en este pequeño hotel-restaurante, todo preparado para vivir una experiencia difícil de olvidar. Los libros del gran chef Michel Roux Jr. están presentes por todos los rincones debido a su vinculación y asesoramiento.
Con la bucólica e invernal escena de su precioso jardín, que en verano es el lugar de donde no te quieres levantar, nos marchamos de este oasis de paz y alta clase viendo caer las hojas de sus preciosos arces rojos.
Con la bucólica e invernal escena de su precioso jardín, que en verano es el lugar de donde no te quieres levantar, nos marchamos de este oasis de paz y alta clase viendo caer las hojas de sus preciosos arces rojos.
A continuación visito el inmenso Edimburgh International Conference Centre, que seguramente sería uno de otros grandes espacios de congresos y multi- eventos espectaculares que hay en todo el mundo si no fuera por tener un ingenio técnico muy interesante, una anfiteatro que gira 360º desplazando sus enormes paredes para conectarse con otro anfiteatro, lo que permite tener dos eventos separados y unirlos en un momento dado o tener dos escenarios. Capacidades gigantes de más de 2.000 personas para diferentes configuraciones ¡impresionante!
Al lado de este gran espacio para eventos paramos un minuto para tomar un aperitivo y ¡sorpresa!, vinos de todo el mundo y su clasificación de españoles no es mala, el bar se llama ALL-BAR-ONE
Siguiente parada para disfrutar de lujoso Sheraton Grand Hotel & Spa de Edimburgo donde dormiré esta noche, por ahora vamos a conocer su Club Lounge.
Una sala para descansar y tomar algo a cualquier hora del día con un servicio privado de camareros, es la sala para las habitaciones superiores.
Nos espera un gran exceso culinario esta noche y después de visitar en impactante spa del este hotel nos invitan a tomar una digestiva, ecológica y biológica comida servida en atractivos combos, con ensaladas, arroces integrales y otras especialidades ¡Una gran y sana idea!
Antes de nuestra marcha nos despide Malcolm Webster, Chef ejecutivo del Sheraton Gran Hotel & Spa de Edimburgo, he querido conocerle y saber un poco más sobre sus ideas y gastronomía.
La tarde nos permitirá pasear por la bonita ciudad de Edimburgo y admirar los siglos de historia que barnizan sus calles y monumentos y que ya tenía el placer de conocer.
Caprichoso e inexorable el día se empeña en terminar y la luz del sol nos abandona dando paso a la atractiva noche escocesa, hoy Jeremy nos ha preparado una grata sorpresa, cenaremos en el muy famoso y prestigioso Restaurante Rhubarb perteneciente al Hotel Prestonfield.
Un mito, un clásico, el Restaurante Rhubarb es uno de esos lugares especiales donde una vez en la vida hay que ir, elitista y donde las altas clases sociales celebran sus eventos más importantes.
Tan exclusivo que hoy está aquí la Princesa Ana de Inglaterra, así que tendremos una cena real.
El restaurante se compone de diferentes restaurantes con ambientaciones y decoraciones diferentes, todas ellas clásicas y con mobiliario de época. Cenar aquí es como viajar en el tiempo.
Y después de ver la carta tengo muy claro que será digna de reyes, empezamos con los entrantes y en la mesa seleccionamos varios platos, Conejo Salvaje y Foie Gras, Albaricoque y Pistacho, primer y espectacular acierto.
Una impresionante carta de vinos de todo el mundo me ocupa diez minutos seleccionar el vino que tomaremos, mis amigos quieren algo especial para esta noche y me decanto por un conocido que no me va a fallar, el chileno Lapostolle un Cabernet Sauvignon de 2010 nacido en los sub-valles de Colchagua. Buen compañero para nuestros platos, ha gustado a mis amigos.
Creativos entrantes como la Isla de Kintyre de Manzana Ahumada, Royal de Cheddar con frutos secos salados, remolacha y albahaca nos llenan la mesa de fragancias y nuevos sabores.
Vieiras, Puré de Coliflor, Apio, Chorizo, Manzana y Salsa de Trufa y Confit de Limón es otra de las propuestas
Nuestra primera botella a tocado fondo y mis compañeros de cena me piden que haga magia de nuevo, no quiero cambiar de uva pero si lo vamos a hacer de país y de continente, nuestro nuevo invitado a la mesa es un Jordan 2008 de Stellenbosch (Sudáfrica) y triunfa como el anterior.
Mi plato para acompañar esta joya de la enología es un Filete de Bacalao, Limón Confitado, Hinojo y Germinado de Perejil, otro acierto.
Helados artesanos realizados en el propio restaurante y pudin de cuatro tipos (chocolate blanco, chocolate, pera y manzana) son la propuesta de Rhubarb para terminas esta exquisita cena.
Al lado de este gran espacio para eventos paramos un minuto para tomar un aperitivo y ¡sorpresa!, vinos de todo el mundo y su clasificación de españoles no es mala, el bar se llama ALL-BAR-ONE
Siguiente parada para disfrutar de lujoso Sheraton Grand Hotel & Spa de Edimburgo donde dormiré esta noche, por ahora vamos a conocer su Club Lounge.
Una sala para descansar y tomar algo a cualquier hora del día con un servicio privado de camareros, es la sala para las habitaciones superiores.
Nos espera un gran exceso culinario esta noche y después de visitar en impactante spa del este hotel nos invitan a tomar una digestiva, ecológica y biológica comida servida en atractivos combos, con ensaladas, arroces integrales y otras especialidades ¡Una gran y sana idea!
Antes de nuestra marcha nos despide Malcolm Webster, Chef ejecutivo del Sheraton Gran Hotel & Spa de Edimburgo, he querido conocerle y saber un poco más sobre sus ideas y gastronomía.
La tarde nos permitirá pasear por la bonita ciudad de Edimburgo y admirar los siglos de historia que barnizan sus calles y monumentos y que ya tenía el placer de conocer.
Caprichoso e inexorable el día se empeña en terminar y la luz del sol nos abandona dando paso a la atractiva noche escocesa, hoy Jeremy nos ha preparado una grata sorpresa, cenaremos en el muy famoso y prestigioso Restaurante Rhubarb perteneciente al Hotel Prestonfield.
Un mito, un clásico, el Restaurante Rhubarb es uno de esos lugares especiales donde una vez en la vida hay que ir, elitista y donde las altas clases sociales celebran sus eventos más importantes.
Tan exclusivo que hoy está aquí la Princesa Ana de Inglaterra, así que tendremos una cena real.
El restaurante se compone de diferentes restaurantes con ambientaciones y decoraciones diferentes, todas ellas clásicas y con mobiliario de época. Cenar aquí es como viajar en el tiempo.
Y después de ver la carta tengo muy claro que será digna de reyes, empezamos con los entrantes y en la mesa seleccionamos varios platos, Conejo Salvaje y Foie Gras, Albaricoque y Pistacho, primer y espectacular acierto.
Una impresionante carta de vinos de todo el mundo me ocupa diez minutos seleccionar el vino que tomaremos, mis amigos quieren algo especial para esta noche y me decanto por un conocido que no me va a fallar, el chileno Lapostolle un Cabernet Sauvignon de 2010 nacido en los sub-valles de Colchagua. Buen compañero para nuestros platos, ha gustado a mis amigos.
Creativos entrantes como la Isla de Kintyre de Manzana Ahumada, Royal de Cheddar con frutos secos salados, remolacha y albahaca nos llenan la mesa de fragancias y nuevos sabores.
Vieiras, Puré de Coliflor, Apio, Chorizo, Manzana y Salsa de Trufa y Confit de Limón es otra de las propuestas
Nuestra primera botella a tocado fondo y mis compañeros de cena me piden que haga magia de nuevo, no quiero cambiar de uva pero si lo vamos a hacer de país y de continente, nuestro nuevo invitado a la mesa es un Jordan 2008 de Stellenbosch (Sudáfrica) y triunfa como el anterior.
Mi plato para acompañar esta joya de la enología es un Filete de Bacalao, Limón Confitado, Hinojo y Germinado de Perejil, otro acierto.
Helados artesanos realizados en el propio restaurante y pudin de cuatro tipos (chocolate blanco, chocolate, pera y manzana) son la propuesta de Rhubarb para terminas esta exquisita cena.
El Chef se merece un gran aplauso y pido por favor que salga a la sala. Humilde y muy sencillo nos viene a ver John McMahon, le felicito por su trabajo y el resto del equipo de cocina.
Nos resistimos a marcharnos de este espacio tan exclusivo digno de ambientación de películas de época, damos por terminada la cena pero buscamos entre sus salones de la planta superior el que más nos gusta para tomar el té y disfrutar de la ceremonia obligada. Sorpresa, camarero español y un rato de charla animada con un compatriota.
Al amparo de una cálida chimenea y ahora rodeados de un estilo entre medieval y renacentista hacemos suposiciones de lo que ocurrió entre estas paredes.
Después de nuestro té visitamos todas las estancias del edifico e incluso algunas de las habitaciones que están libres, me encantaría dormir aquí hoy y comprobar si han quedado algo más que muebles del pasado. Me marcho bajo la atenta mirada de un león coronado que se parapeta tras un escudo como queriendo defender estas reliquias del pasado.
A primera hora de la mañana nuestro choffer ya nos está esperando con el vehículo en orden, hoy seguimos nuestro camino por Edimburgo.
Destinaremos unas pocas horas para visitar en primer lugar el Hotel The Glasshouse.
Un hotel que ha sabido fusionar la historia de su edificio con la modernidad y las comodidades de nuestro tiempo, un interesante boutique a pocos pasos de Princes Street.
Nos ha quedado por probar uno de los más importantes restaurantes-hotel (4 habitaciones) de la ciudad y el único con estrella Michelin, 21212, pero ya tendré tiempo de catarlo, la excusa perfecta para regresar.
Me hubiera gustado saludar al Chef Paul Kitching propietario de esa estrella pero a estas horas no está en el restaurante y me tengo que conformar con ver su imagen en los folletos de la sala.
Una reducida sala que hace de este restaurante algo muy exclusivo.
Tan exclusivo como su luminosa y original cocina que ha comenzado a funcionar con la "mise en place", con ese ritmo tranquilo de la mañana en las cocinas me marcho sabiendo que regresaré.
Abandonamos el número 3 de la noble avenida Royal Terrace, será nuestra última visita en Edimburgo, nos adentramos en entras poblaciones y ciudades de Escocia, la segunda parte de este viaje pronto en otro post, y os aseguro que hay mucho y muy bueno que ver ¡hasta la próxima etapa!
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